El jueves una agrupación de títeres entregó alegría a los niños y también adultos que se encontraban en el campamento médico de Cuba “Henry Reeve”
Las historias se cuentan por cientos en el campamento cubano Henry Reeve con base en el complejo deportivo Patricio Mekis, y es que la solidaridad que han prestado clínicamente los cubanos, no sólo ha sido médica, sino también humana.
Así personas ajenas a cualquier consideración, han venido a ofrecer sus servicios gratuitamente, ayudantes de cocina, peluqueras, masajistas, masoterapeutas, entre otros, han querido devolver en parte con sus servicios, todo lo que han entregado los cubanos que, en ocasiones, han llegado ha atender por sobre los 400 pacientes al día.
La tarde del pasado jueves la entrega vino de parte de la corporación Opción, que junto al grupo de “Títeres Olmos”, llegaron al campamento gracias a una coordinación de las concejalías de Danilo Jorquera y Silvia Santelices, y el Comité de Solidaridad por Cuba de Rancagua.
El sol ya comenzaba a caer cuando un escenario de terciopelo azul fue montado en la pista de atletismo continua a las carpas de campaña. Fue un momento mágico, que en medio de la vorágine de la atención a los pacientes permitió no sólo a los niños, sino también a los adultos y doctores cubanos, retroceder a la época de la infancia.
Las emociones afloraron en medio de la risa nerviosa en un principio de los niños y luego de los adultos, que dio paso a carcajadas que ayudaron a botar un estrés -en algunos concientes y en otros no- acumulado desde el 27 de febrero.
Fue poco más de una hora, quizás breve para algunos, pero que sin duda ayudaron a refugiarse en la infancia, esa niñez feliz que nos permite decir que estamos vivos y que no importa lo que suceda, la alegría es y debe estar siempre presente… pese a todo.